Lo prometido es deuda y más siendo hoy el
Día de la Solidaridad con el Pueblo Palestino (gracias al anónimo de los comentarios), aunque más valdría menos días de estos y más esfuerzos cotidianos, pero a lo que vamos. Hace unos días fui a la charla que dio
Naji Owdah, un refugiado palestino. La situación que contó me recordó a los guetos controlados por los nazis: universitarios recluidos en campos de refugiados que tienen buscar comida en la calle, humillaciones diarias para ir al trabajo o a la universidad, depender del humor que tengan ese día los guardias de fronteras israelíes para pasar, torturas, asesinatos de todo lo que se mueva; en definitiva, la destrucción programada de un pueblo.
Owdah vive en un campo de refugiados de Belén en el que se hacinan 12.000 personas en medio kilómetro cuadrado y del que no puede salir cuando quiera, si no cuando le dejan. Así ha llegado a estar 45 días sin poder salir del campamento. Moverse por los territorios ocupados es otra hazaña; con controles establecidos por el Ejército israelí, en los que les retienen varias horas. Eso si tienen suerte, por que no es infrecuente que les detengan, los humillen y en algunos casos aparezcan muertos. No hay excepciones; da igual que sea una mujer embarazada y tenga que dar a luz allí mismo (ya hay bastantes casos de niños nacidos en los controles) o que sea un occidental. Una amiga que ha estado en Ramala cooperando en una ONG también me lo contaba: ella, con pasaporte inglés, debía aguantar interrogatorios de varias horas sobre su vida en Palestina cada vez que cruzaba un puesto. Si esto lo hacen con un occidental, qué no harán con un árabe.
Owdah dice que esto ocurre por qué Israel ni quiere paz ni juzga a los palestinos por los hechos, si no por su causa. Y la causa palestina para los israelíes es sinónimo de terrorista. De esta manera, aunque él nunca haya llevado pistola y abogue por el entendimiento entre pueblos (que no gobiernos), para los soldados israelíes es un terrorista y contra los terroristas no hay lugar para las contemplaciones (como los críos a los que disparan los tanques).
Según
datos de la OMS, en 2001 la densidad de población en Palestina era de 347 habitantes por kilómetro cuadrado en Cisjordania y de 3.161 en Gaza, siendo la zona más poblada de la Tierra. Además tiene una tasa de paro del 95 por ciento, problema que Naji considera causado por la destrucción israelí. Para hacernos una idea en España la densidad es de algo más de 87 habitantes por kilómetro cuadrado y el paro más alto registrado en los últimos años fue del 25 por ciento, más o menos. Es decir es un país saturado a niveles altísimos de insalubridad (un médico cada 12.000 habitantes. De cumplirse la media su campamento sólo contará con un médico) y con la mayoría de su gente sin ocupación con los consecuentes daños tanto a su moral como a su nivel de vida, a lo que hay que sumar el vacío internacional, la construcción del
"Muro racista" y la omnipotencia israelí, tanto militar como mediática.
A pesar de ello es increíble cómo los palestinos intentan crear un futuro para sus hijos construyendo universidades, escuelas y centros médicos en lo que anteriormente fueron cárceles, Más aún, al saber que la posibilidad de que el Ejército israelí lo destruya es totalmente real. Aún así se empeñan en dar a sus hijos posibilidades de cara al futuro y en
"no permanecer quietos en una esquina" como les ocurre a ellos desde hace 60 años ya. Tienen esperanzas y sueños y quieren mirar hacia delante pero cuando eso ocurre, el Tsahal (Ejército israelí) les frena en seco.
Owdah sufre cuando su hijo ha ido a la escuela y regresa tarde, recordando las matanzas que han visto casi todos los días en Palestina a través de la tele.
"Muertos sin motivo", los llama Owdah. ¿Cómo estaríamos nosotros si cada vez que nuestros familiares llegan tarde tuviéramos la angustia de que a lo mejor no los volvemos a ver?
Naji Owdah es requerido en el campamento por otros palestinos que le piden ayuda pero él es totalmente impotente frente a esas demandas. También se queja del Gobierno de su país,
"el mundo cree que Palestina tiene Estado y Gobierno pero es totalmente falso"; las universidades y hospitales que se ponen en marcha están impulsadas por los ciudadanos, no por el Gobierno. La ANP, frecuentemente acusada de corrupción salvaje, es otra parte del problema para Owdah. Tampoco la ONU está haciendo un gran esfuerzo por Palestina, su ayuda casi finaliza al salir de los campos de refugiados. Únicamente las ONG´s y grupos de colaboradores ofrecen algo que ayude de verdad al pueblo palestino, ya sean medicamentos o alimentos. Por estas razones y por el comportamiento hipócrita de los gobiernos, Naji cree que la solución pasa por establecer buenas relaciones entre los pueblos, que no los gobiernos, para poder vivir todos juntos y en paz. El refugiado palestino tiene depositadas sus esperanzas en los europeos, debido principalmente a su apoyo al pueblo palestino, su oposición al expansionismo israelí, la guerra de Irak, etcétera.
Los palestinos suelen recibir bastantes visitas de gente interesada en la situación. Según Naji, casi todos los que han estado en Palestina acaban ayudando a los palestinos, ya sea a través de instituciones o con su propio trabajo. Hay otros pocos para los que la experiencia les ha resultado tan dramática que deciden que ya han tenido suficiente.
Los gobiernos árabes son otra piedra en el camino a la paz;
"si tienes problemas con Israel, los tienes con todos los países árabes, la solidaridad no existe" afirma el palestino, que no puede entrar a Arabía Saudí debido a su oposición a que Palestina deje de existir. Otra cosa muy distinta son los habitantes de a pie. Todo el mundo dice que está del lado palestino, pero los hechos (es decir, las medidas políticas) no llegan,
"¿cómo convencemos a nuestros hijos de ese apoyo cuando hay ataques a diario?". España
vende armas a Israel, Francia ayudó en el
programa nuclear israelí, pero Zapatero se pone el pañuelo palestino y dice que apoya a Palestina. El "Muro del racismo" acaba con la posibilidad de que un día exista un Estado palestino viable, diviendo ficticiamente a los de un lado y otro como terrorista y no terrorista. A pesar de ello en las negociaciones se habla de regresar a las fronteras del 67
"pero se olvidan de las del 48 (primera expansión de Israel, por las armas)". Los militares israelíes dicen que la paz llegará a Palestina
"cuando hayamos ocupado el corazón y mente de los palestinos". ¿A qué paz se llegará si se permite que Israel siga con su expansionismo? En guerraeterna hablan de la
nueva tregua.
Se me olvidaba. En la conversación que siguió a la conferencia se comentó que una buena manera para presionar a Israel es boicotearle económicamente no comprando productos israelíes, como por ejemplo Revlon. A día de hoy es es más útil que recoger firmas, creo.