viernes, noviembre 10, 2006

Conferencia de Gustavo de Arístegui en Huesca

Hace dos días me escapé a la charla que dio Arístegui en Villahermosa sobre el conflicto palestino-israelí. Estuvo bien aunque no tanto como la otra que estuve. La verdad es que me decepcioné (no con él) cuando explicó la Conferencia de Madrid y los posteriores acuerdos de Oslo. Por lo que contó Palestina e Israel habían llegado a un acuerdo aceptable para ambos. Pero después toda la comunidad internacional se sumó a los países que habían comenzado el proceso (EEUU, URSS y España) y con innumerables comités, subcomités para cuestiones totalmente peregrinas se cargaron el tratado de paz e israelíes y palestinos volvieron a las andadas.

Otra cosa especialmente preocupante es la perspectiva que tienen los políticos israelíes ante un proceso de paz: "todos acaban quemados políticamente (Peres) o muertos (Rabin)".

Hizo una especie de "autocrítica" (los políticos occidentales la cagaron pero hace tiempo, ahora lo hacemos bien): en el pasado fue un error apoyar a dictaduras que acabaron con los procesos de democratización pero que nos vendían petróleo a buen precio y, por supuesto, en dólares, si no el dólar tiembla.

Tocó el tema nuclear y el temor a una posible guerra nuclear a escala regional que sería inevitable al no funcionar lo de "destrucción mutua asegurada". Evidentemente hablaba de Irán, no de las 200 bombas nucleares "secretas" de Israel (eso en 1986, ahora a saber) ni de Pakistán, que como todo el mundo sabe nos ayuda a acabar con el fundamentalismo, así que se le puede vender material para armas atómicas aunque parte de su país esté dominado por los talibanes, el gobierno (dictatorial, claro) de Musharraf se doblegue ante estos o que en entre los generales abunden los islamistas capaces de dar un golpe de Estado y crear Talibanlandia II. Ante esto echó balones fuera y dijo que sí, que es grave pero que no se puede permitir a otro país tener armas nucleares cuando la pregunta iba sobre la doble moral en política exterior.

También habló de la necesidad de la realpolitik y de la evolución, que no revolución, del mundo musulmán hacia la democracia. Sólo "dejaba" hacer una pregunta y ya había "abusado" con dos, así que me quedé con las ganas de preguntarle si eso significaba que asumían el error de atacar a Irak y a partir de ahora nos libraríamos de aventuras imperiales para que unos pocos sigan siendo cada día más asquerosamente ricos y a los muertos que les jodan, no haberse puesto en medio.

En otra pregunta un hombre que debía ser marroquí criticó que Occidente premie a regímenes totalmente corruptos y dictatoriales pero manejables, como Marruecos del que dijo que aún se cometían torturas, detenciones políticas; vamos, que el proceso de democratización comenzado por el actual rey es simplemente maquillaje pero la comunidad internacional le aplaude. Estoy de acuerdo, pero peor veo el apoyo a Arabia Saudí, integrista 100%, corrupta 100% y sus madrasas (escuelas coránicas), junto a los paraísos fiscales, son la mayor fuente de financiación del yihadismo. Sin embargo se bombardea Líbano y se destruye Irak y no se presiona ni a los saudíes para que controlen sus madrasas ni a los paraísos fiscales.

Ya para resumir, estuvo bien (el tío sabe un huevo de estas cosas. Estuve en otra sobre terrorismo internacional y me quedé flipado con él) pero más la tanda de preguntas. Lo que menos me gustó fue el peloteo (casi cinco minutos de reloj) de que "estoy muy unido a Huesca", "Huesca tiene una de las mejores cocinas de España y la mejor de Aragón", "templos gastronómicos", etc, etc. Que aunque sea verdad prefiero que no lo diga. Y me revienta lo del límite de preguntas, ¡joder, tenía pensadas tres o cuatro más!

PD: aunque él dijera que la Falange Libanesa se inspiraba en la griega y no en la de José Antonio he escuchado a más gente asociarla con el fascismo que no con los batallones griegos.

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