El miércoles en el trozo que vi de "59 segundos" hablaron sobre la situación de Irak en un día en el que murieron al menos 191 personas, como en el 11-M. Una periodista y un arabista iraquí profesor de la Autónoma compararon de hecho varias veces los atentados de Atocha con el día a día en Irak, "un 11-M cada día".
No me quiero imaginar cómo será vivir, y morir, en Bagdad, Faluya o Tikrit. Despertarte después de una noche en la que cuatro manzanas más arriba los escuadrones de la muerte se han llevado a varios vecinos a darles el paseo. Encender la radio, si hay suministro eléctrico ese día, y mientras el locutor informa de los atentados y muertos del día esperar que ni tu ciudad ni las de tus familiares y amigos aparezcan en esa lista. Marchar al trabajo, mandar a los críos al colegio (si aún te arriesgas) y esperar que ninguno de los coches con los que te cruzas tú o los tuyos lo conduzca un suicida. Más tarde, de regreso a casa, pasar por los controles de los ejércitos iraquí y estadounidense y esperar que no te confundan con un terrorista, porque si eso pasa probablemente tu familia no te vuelva a ver, un compañero de trabajo acabó hace dos años en Abu Ghraib y nadie le ha vuelto a ver. Tu mujer y tu hija llegan tarde del mercado y recuerdas las innumerables matanzas que se han producido en sitios así. Cada minuto, una eternidad pero finalmente regresan.
A la hora de cenar escuchar como llaman a la puerta y ponerte en lo peor, un vecino con el que estás enemistado finalmente te ha denunciado como insurgente/colaborador y te vienen a buscar los militares o las milicias, pero no, simplemente era un amigo que venía a contarte que han matado a su primo que vivía en otra ciudad. Ya has pasado varias veces por esta escena y probablemente no será la última.
Al día siguiente todo será igual y, lo peor de todo, sin ver ninguna luz al final del camino. De hecho, en una paradoja siniestra, si ves la luz al final del túnel estás jodido, ese día te ha tocado a tí. Mañana te despertarás y rezarás para que el día acabe como el de hoy, sin tu casa bombardeada, tu mujer tiroteada o tus hijos secuestrados y usados para ataques suicidas ya que así se disimula más. Lo único que puedes hacer es esperar, esperar y esperar que no te pase nada malo mientras la vida y los sentimientos se devalúan un poco más cada anochecer.
Y todo esto sólo con la imaginación desde mi cuarto con ordenador, internet, el mp3 cargando, el móvil encima de la mesa y sin ningún miedo al pasear por la calle y ver a policías o coches que van demasiado rápido (por los suicidas). Si los españoles nos quedamos conmocionados por las masacres de los trenes, ¿cómo viviríamos con un 11-M cada día? No lo quiero ni imaginar. Es increíble la suerte que tenemos por haber nacido en un país rico, democrático y en paz (relativa, sobran los etarras).
No sé cómo, el otro día llegué a este blog, Healing Iraq. Creo que se trata de un médico iraquí, hay enlaces a más blogs de iraquíes.
viernes, abril 20, 2007
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2 comentarios:
al dia se mueren miles de niños a causa del hambre en todo el planeta
sí y eso también hay q pararlo pero me llamó la atención q compararan Irak con el 11-M, el post iba por allí
Alguna vez he pensado parecido a lo que dices respecto al cambio climático. Cuando algo nos jode a nosotros (como el cambio climático) se convierte en problema de primer orden y sale todos los días en los medios, hay que salvar al mundo y todo eso, pero la cantidad de gente que muere cada día por pobreza, guerras y enfermedades sólo sale el día internacional contra la pobreza, por la paz, contra la tuberculosis, etcétera. Ese día se anuncian ayudas (de las que llegará una parte) y al día siguiente se vuelven a hacer invisibles en los medios.
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