Sarah Palin se está convirtiendo en mi política preferida. A sus conocimientos históricos (según ella, los dinosaurios y el hombre convivieron sobre la faz de la Tierra) y geopolíticos (lo del avión de Putin no tiene precio) hay que sumarle su empeño por llevarnos por el recto camino hacia la salvación divina. Esto es intentar prohibir libros en las bibliotecas del pueblo en el que era alcaldesa y mantenernos a salvo de terroristas como Obama y del peligro del ateísmo y el relativismo moral.
La última de Palin, la verdadera estrella de la campaña... demócrata, ha venido desde los tribunales. Se le ha condenado por abusar de su poder para despedir a un policía. Ese policía estaba casado con la hermana de Palin pero se divorciaron. Ante semejante conducta pecaminosa y alejada de los deseos de Dios, Palin no tuvo otra opción para hacerle ver la luz que intentar despedirle usando su poder e influencia.
Pero por suerte los tribunales de EEUU funcionan (al menos de vez en cuando) y han condenado a Palin por abuso de poder. Los medios de comunicación informan de que la iluminada por Dios está implicada en más casos de nepotismo. ¡Y pensar que alguien así aspire a vicepresidenta de EEUU! Haría bueno incluso a Bush.
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