Hace dos semanas Bush autorizó a las tropas norteamericanas para matar agentes iraníes que operen en Irak, ya que se sospecha que ayudan a los insurgentes chíies. La medida provocó una fuerte indignación en Teherán y parece que hay un cambio de estrategia: encargar el trabajo sucio a tropas iraquíes bajo mando de EE.UU.
Me recuerda a las tácticas de la Guerra Fría en África y América Latina, donde los nativos ponían las muertes mientras Estados Unidos o la URSS les suministraban las armas. El caso de Afganistán, con apoyo a los talibanes incluido, es más cercano y al final el perro mordió de la mano que le había dado de comer. Incluso poniéndonos en el supuesto irreal de que las cosas en Irak mejoren el daño, 600.000 daños, ya está hecho y es lógico pensar que parte de esas armas y entrenamiento lo habrán recibido futuros terroristas que nos devolverán el golpe estilo 11-M o 7-D.
En fin, menuda gilipollez de guerra; en vez de conseguir petróleo barato, un mundo más seguro, la expansión de la democracia en Oriente Medio y la solución para Palestina que era la maravilla que se nos prometió (y casi nadie se creyó pero siempre hay excepciones) lo que tenemos son dos países, en los dos que ha entrado Estados Unidos, en guerra civil abierta; el país árabe con la democracia más parecida a la europea, Líbano, devastado y, según los pesimistas, en clima de preguerra civil; Palestina peor que nunca, igual de jodida que siempre por los israelíes y con enfrentamientos diarios entre Fatah y Hamás que nadie sabe cómo ni cuándo acabarán; los dos países europeos que más apoyaron la guerra atacados; varios estados musulmanes con programas nucleares en marcha; y lo menos importante para mí, pero que fue lo que nos llevó a Irak, el petróleo marcando precios históricos cada pocos meses.
jueves, febrero 08, 2007
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