Se cumplen diez años del asesinato de Miguel Ángel Blanco, primer acontecimiento "político" que me conmocionó. Todavía no me afeitaba siquiera pero aún recuerdo las concentraciones de esos días. Comparar las manifestaciones de hace una década, las del "Espíritu de Ermua", con las de ahora desmoraliza bastante, por no decir del todo. Quería ir a esta manifestación, pero de la mano de los peones negros para pedir "la verdad del 11-M" como que no.
También es verdad que el Ayuntamiento podría haber organizado una concentración alternativa totalmente apolítica en otro lugar y a otra hora (por si hay gente que quisiera ir a las dos), simplemente en recuerdo de Miguel Ángel Blanco y con una repulsa de su asesinato porque allí sí que podríamos haber estado todos. Yo me callaría lo que pienso y los de al lado supongo que harían lo mismo. Al día siguiente, probablemente nos volveríamos a dar de hostias (verbales, eso sí) o no, y tal vez hubiera sorpresa (sí, soy un iluso). Resumiendo, si el espíritu de Ermua, legado de Miguel Ángel Blanco, sale de la UCI y sigue vivo en los siguientes aniversarios, tendré una oportunidad de ir.
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