El domingo promete ser un día cargado de crispación. Por una parte, la resaca de la enésima manifestación de Rajoy y sus amigos contra el Gobierno y, por la otra, los tres años del 11-M. A lo que hay que añadir el culebrón de los peones negros que a saber cómo acaba, ¿se consumará la escisión en pleno recordatorio?, ¿se arrearán los de las pancartas del "Seguimos queriendo jugar a James Bond" con los del "Queríamos saber pero ahora mejor que no se hable de eso que nos va mal" acusándose mutuamente de conspiracionistas? De unas personas que le dijeron a Pilar Manjón que se metiera "sus muertos por el culo" y la han obligado a vivir con escolta me espero de todo menos respeto. En cualquier otra circunstancia no me importaría ver a los pezones llegando a esos extremos, pero el 11-M que se callen sus tonterías y dejen de sacar rédito político. Si tanto respetan a las víctimas, a su manera particular, eso sí, no les tendría que costar ningún esfuerzo.
Para ir calentando el ambiente, ya hemos empezado a luchar por los símbolos. El PP se intenta hacer dueño y señor del lazo azul. Mientras, Fomento y Ayuntamiento de Madrid se pelean por ver quién sale en más fotos con el Monumento a las víctimas del 11-M. Aunque no se celebró el acto de "preinauguración" (lo inaugurarán los Reyes el mismo 11 de marzo y, lo mejor, sin discursos de políticos), Aguirre sí que tuvo foto. Que digo yo que cuando Acebes como ministro de Justicia, Mayor Oreja en Interior, Rajoy ocupando la cartera de Presidencia y Aznar presidiendo excarcelaron a Iñaki Bilbao podría haber hecho lo mismo, ¿no?. O con más razón cuando el excarcelado volvió a asesinar unos meses después. Estaría cogiendo leña para no pasar frío en su palacio.
Pero no todo es negativo, qué va. Ya sabemos cuándo acabará de una vez este clima de cabreo constante. Acebes, el "miserable", ya ha le puesto final a la crispación: "la crispación actual sólo se recompondrá cuando Zapatero pierda unas elecciones". Toda una declaración de intenciones, "si no gobierno me enfado y voy a joder todo lo que pueda; 11-M, proceso de paz, da igual con qué". Qué poco te pega el nombre Angelito. Y qué ganas tengo de perderte de vista tras las próximas elecciones.
Mientras en la carpa principal el show está a pocos minutos del clímax, cosas como el desplome de la "teoría de la conspiración" o ésta, "Las víctimas del 11-M, indignadas con algunas acusaciones", pasan desapercibidas.
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