Lo peor de la democracia es que raramente castiga a quienes cometen atrocidades en su nombre. Permitir que se ahorcara a un gobernante elegido democráticamente hubiera significado poner en tela de juicio a la propia democracia, y gracias a ello eran muchos los que cometían barbaridades bajo su mando.
Nixon. Guerra del Vietnam.
Bill Clinton. Guerra de Kosovo.
UE y EEUU. Genocidio de Ruanda.
G.W. Bush, T. Blair y J.M. Aznar. Guerra de Irak.
Israel. Podría nombrar varias pero me quedó con la "última".
miércoles, junio 02, 2010
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